miércoles, 16 de noviembre de 2016

Carmen de Burgos y el arte flamenco

Cada día me apasiona más esta mujer almeriense. Periodista, escritora, traductora, activista de los derechos de la mujer... ¡y corresponsal de guerra! Fue la primera mujer española que se dedicó a tan arriesgado trabajo. 

Con motivo de la celebración del Día del flamenco, 16 de noviembre, rescatamos del olvido algunas obras de esta escritora en las que, como andaluza que era, hace referencia al arte flamenco.

Con Ensayos Literarios debuta en el campo de la narrativa. Dedicada a su tío Agustín, senador del Reino, y prologada por el ilustrado abogado almeriense Antonio Ledesma Hernández, la editó ella misma en la imprenta del suegro. Consta de catorce capítulos, dos con el título genérico de Cantares, en los que incluye coplas de desamor, de tres y cuatro versos octosílabos, propias para ser cantadas por soleares, fandangos, tarantas o peteneras: 

Donde principia el desprecio / es donde el amor termina / y acaban los sufrimientos 

Que deje de amarte yo, / no lo puede conseguir / ni todo el poder de Dios 

Por la salud de tu madre / que no me olvides, chavó, / que no encuentras en el mundo / quien te quiera más que yo 

Nunca conocía los celos / hasta que tú me los das, / y quisiera que me dieras / mejor veinte puñalás

 En Cuentos de Colombine (F. Sempere y C.ª Editores, Valencia, 1908) se incluye En la sima, interesante relato de costumbres en el que narra, entre otros aspectos, las penalidades e injusticias sufridas por almerienses en los tajos mineros de Linares. Carmen de Burgos descifra en sus páginas la clave etimológica del vocablo “taranto”, nuestra mayor aportación estilística, junto a la taranta, al frondoso árbol del cante Flamenco: 

Todos aquellos eran menos desdichados que los braceros, los que picaban arrancando el metal; gente miserable que se hacinaba en las infectas casas de solteros en repugnante promiscuidad. Abundaban los “tarantos”, que trabajaban la temporada de invierno en las minas de Linares en vez de emigrar a África (…) En Linares se llaman “tarantós” a los mineros de las provincias de Almería y Granada. Se cree que el origen de la frase es por elipsis de “estarantos”, a causa de la unión fraternal que reina entre ellos, y que les hace acudir unos a otros en los momentos de peligro. 

Cabe destacar por último la entrevista –más centrada sobre aspectos humanos que profesionales- realizada a la sazón joven y genial cantaora sevillana Pastora Pavón Cruz “Niña de los Peines”, publicadas en el madrileño El Heraldo e incluida (1916) en Confidencias de Artistas.

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